Dolor de hombro y sus tratamientos más comunes
El dolor de hombro es un problema musculoesquelético común. Es la tercera causa más común de consulta musculoesquelética en atención primaria.
Aproximadamente el 1% de los adultos consultan anualmente a un médico de cabecera con quejas de un nuevo dolor de hombro.
El patrón original del dolor, según lo describen Travell y Simons, se caracteriza por ser constante, profundo y doloroso, rara vez como ardor, y es reproducible y predecible. Sin embargo, en la práctica clínica, los patrones de dolor que nos encontramos a veces no son claros en el músculo infraespinoso, ya que algunos pacientes sienten dolor en su cuarto y quinto dedo.
Cuando la biomecánica del hombro es anormal, los Puntos Gatillos Miofasciales de esta región pueden sufrir y activarse. Un Punto Gatillo Miofascial activo se define como un nódulo hiperirritable de sensibilidad puntual en una banda tensa palpable de músculo esquelético.
El punto muestra hipersensibilidad, sensible a la palpación, y la estimulación adecuada puede provocar una respuesta de espasmo local que remite el dolor. También puede causar efectos tanto motores como autonómicos e hiperactividad simpática.
Una fuerte presión digital sobre el Punto Gatillo Miofascial activo, exacerba la queja de dolor espontáneo del paciente y simula la experiencia de dolor familiar del paciente.
Además, varios estudios (Shah JP, Gilliams EA, 2008) han demostrado hallazgos bioquímicos que indican inflamación, ácido y sensibilización local en los Puntos Gatillos Miofasciales activos.
Los Puntos Gatillo Miofasciales también pueden clasificarse como latentes, en cuyo caso, están físicamente presentes, pero no se han asociado con ninguna queja espontánea de dolor. Un estudio reciente, (Bron C, Dommerholt J, Stegenga B, 2011), mostró que los Puntos Gatillo Miofasciales activos eran más prevalentes en los músculos infraespinoso (77%) y trapecio superior (58%) en pacientes con dolor de hombro.
Cuando estos puntos dolorosos se comprimen dentro del nivel de tolerancia al dolor de los pacientes, los Puntos Gatillo Miofasciales (PGM)activos generan fenómenos motores tanto locales como referidos e incluso, en ocasiones, hiperactividad simpática desde la región del hombro hasta los lados frontal y lateral de los brazos.
¿Cómo se trata?
Una de las técnicas más efectivas para este tipo de patología es la Punción Seca, se trata de una terapia invasiva en la que a través de una aguja provocamos una respuesta de espasmo en el tejido muscular diana. La aguja provoca una estimulación mecánica de los nociceptores sensibilizados dentro del PGM, de esta manera lo que conseguimos es romper el círculo vicioso del dolor a través de la vía inhibidora del dolor descendente. De esta manera evitamos que el proceso de sensibilización periférica no desencadene en una sensibilización central del dolor.
Por lo tanto, según el estudio (Emilio J. Poveda-Paga´n, 2016), la técnica más adecuada para la inactivación inmediata de los PGM es la inserción múltiple de la aguja de punción.


